Del insulto al canto: una lección de paz que nos dieron jóvenes mexicanos en Roma
Lo que comenzó como un momento tenso en el metro de Roma terminó siendo una verdadera lección de fe, serenidad y esperanza. Un grupo de jóvenes mexicanos, peregrinos del Jubileo de la Juventud 2025, fue agredido verbalmente por un pasajero molesto por la presencia del grupo. Incluso intentó bloquear su ingreso al vagón con gritos y patadas al aire.
La reacción de estos jóvenes fue todo, menos lo que el mundo suele esperar ante una agresión: no hubo gritos, ni reclamos, ni respuestas amargas. En lugar de eso, hubo canto. Con el corazón tranquilo, encendieron una bocina y comenzaron a entonar “Imagine” de John Lennon. Poco a poco, el ambiente cambió. El canto llenó el vagón. Otros pasajeros se unieron. La paz hizo presencia.
“Queríamos transformar el momento”, contó Bernardo Vázquez, líder del grupo. “No desde el enojo, sino desde la fe y la alegría. Y así fue. La música fue nuestro puente”.
Uno de los que vieron y reflexionaron profundamente sobre este gesto fue el padre Salvador Barba, quien desde Roma compartió unas palabras que vale la pena meditar.
> “La sociedad se ha ido llenando de amarguras, intolerancia y desesperanza. Pero estos jóvenes nos recuerdan que aún hay luz. Su forma de responder no fue con más agresión, sino con amor y fe. Eso nos habla de una juventud viva, que quiere transformar el mundo, que quiere construir desde la sonrisa y no desde el enojo.”
El padre Barba remarca que este testimonio es una forma concreta de vivir el Evangelio, de hacer presente la utopía del Reino de Dios: una respuesta valiente, no desde la confrontación, sino desde la compasión. En palabras del mismo sacerdote:
> “Nuestros jóvenes nos enseñan a responder con respeto, a no devolver la agresión con violencia, sino con gestos sencillos que nacen del amor. Ellos encarnan esa nueva Iglesia que sueña el Papa Francisco: una Iglesia que sale, que canta, que abraza, que testimonia.”
Este hecho no solo conmovió a quienes estaban en ese vagón del metro. El video recorrió el mundo, mostrando cómo una actitud pacífica puede transformar una situación difícil en una experiencia de unidad y humanidad.
No dejemos que los momentos de oscuridad nos llenen de amargura. Aprendamos de estos jóvenes a responder con paz, a no caer en la provocación ni en la violencia. Que su testimonio nos inspire a ser sembradores de esperanza, aún en medio de las tensiones del día a día.
Hoy más que nunca, el mundo necesita corazones que no se dejen arrastrar por el odio, sino que respondan con la ternura de Dios.
