El Papa León XIV al mundo del cine: “Hagan de este arte un taller de esperanza”

En un encuentro fraterno con cineastas de diversos países, el Santo Padre destacó el valor espiritual, cultural y humano del séptimo arte, invitando a crear obras que iluminen la dignidad humana y despierten la esperanza.
Un saludo que abre a la luz y a la paz
En la Sala Clementina del Vaticano, este sábado 15 de noviembre, el Papa León XIV recibió a representantes del mundo del cine, saludándolos con las bendiciones cristianas y destacando la profunda capacidad del arte cinematográfico para tocar el alma humana. A pesar de tener más de un siglo de historia, afirmó, el cine sigue siendo un arte “joven, onírico y algo inquieto”, llamado a explorar la grandeza y fragilidad de la vida.
El cine como arte que despierta la esperanza
El Santo Padre celebró que el cine sea “un arte popular en el sentido más noble”, accesible a todos y capaz de encender “los ojos del alma” cuando la luz atraviesa la oscuridad de la sala. Para León XIV, el cine no solo entretiene: pone en movimiento la esperanza, ayudando a las personas a releer su propia vida, comprender sus dolores y ampliar la mirada hacia el misterio de la existencia.
Una invitación a redescubrir los espacios culturales
El Papa expresó su preocupación por el declive de las salas de cine, recordando que los espacios culturales son el corazón de las comunidades: “Si una ciudad está viva, es en parte gracias a ellos”. Llamó a instituciones, artistas y autoridades a trabajar juntos para preservar la experiencia cinematográfica, cuya presencia —dijo— humaniza la vida social.
Más allá del algoritmo: la belleza que interpela
León XIV advirtió sobre la lógica de los algoritmos que condicionan lo que se produce y consume, y animó a defender la auténtica creatividad: la lentitud que educa, el silencio que habla, la diferencia que inspira. El cine verdadero, afirmó, no solo consuela: interpela el corazón, despierta preguntas profundas y permite expresar emociones que muchas veces permanecen ocultas.
Cineastas como “peregrinos de la imaginación”
En el contexto del Año Jubilar, el Papa definió a los artistas del cine como “peregrinos de la imaginación” que emprenden viajes no medidos en kilómetros, sino en imágenes y emociones. Los alentó a ser narradores de esperanza, capaces de ver belleza incluso en el dolor, y de encontrar luz en medio de la violencia y la guerra que marcan nuestra época.
El cine, taller de humanidad y dignidad
Retomando las palabras de San Pablo VI —“si sois amigos del arte auténtico, sois nuestros amigos”— el Papa resaltó que el mundo necesita belleza para no caer en la desesperación. Reconocer y narrar el sufrimiento humano, sin explotarlo, es para León XIV un verdadero acto de amor. El cine auténtico, afirmó, educa la mirada y dignifica la condición humana.
Una obra colectiva que refleja comunión
El Santo Padre agradeció a todos los profesionales que hacen posible una película —desde directores hasta técnicos, asistentes y artistas— subrayando que el cine es un trabajo profundamente comunitario. En tiempos de individualismos exacerbados, dijo, el séptimo arte recuerda que la colaboración y la fraternidad hacen brillar los carismas de cada persona.
Bendición final: artesanos de esperanza
Para concluir, el Papa deseó que el cine siga siendo un espacio de encuentro y un hogar para quienes buscan sentido. Pidió al Señor que bendiga el trabajo, la creatividad y la vida de cada cineasta, ayudándolos a ser “artesanos de la esperanza” en un mundo que necesita luz, belleza y paz.
