SANTORAL DEL DÍA 1 DE OCTUBRE | SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS Y DE LA SANTA FAZ
Santa Teresita del Niño Jesús, también llamada Teresa de Lisieux, fue una joven carmelita francesa que vivió en el siglo XIX. Desde muy pequeña sintió una profunda vocación religiosa y, con apenas 15 años, ingresó al Carmelo de Lisieux. Su espiritualidad se centró en la confianza total en Dios y en hacer con amor las cosas pequeñas de cada día, lo que ella llamó su “caminito”. Esta forma sencilla y radical de vivir el Evangelio tocó el corazón de miles de personas.
A pesar de su vida breve y oculta, su autobiografía Historia de un alma se convirtió en un testimonio espiritual de enorme impacto. En una época marcada por grandes figuras públicas, Teresita mostró que la santidad también se encuentra en lo cotidiano. Su carisma fue irradiar amor desde el silencio, la humildad y la entrega total. Enfrentó la muerte de su madre, una fe probada por la sequedad espiritual y la tuberculosis que la llevó a morir a los 24 años.
Fue canonizada en 1925 por el papa Pío XI, quien reconoció su influencia universal. En 1927 fue proclamada patrona de las misiones, y en 1997, san Juan Pablo II la declaró doctora de la Iglesia. Su vida sigue inspirando a quienes buscan a Dios en lo simple, lo escondido y lo auténtico.
